
Ya va llegando el calorcito. Y con el calorcito la gente empieza a mostrarse más: Sus cuerpos, su expansiva felicidad…
Siempre lo he dicho: Yo soy más de invierno. Me gusta el frío, me activa… y me gusta entregarme a mis secretos placeres, entre las cuatro paredes de mi hogar. He de reconocer, en cambio, que este año me está dando puntillo este paseo de los calores por mi piel. Es como si se estuviera desperezando una parte de mi persona que hace tiempo que no salía, y están volviendo recuerdos de tiempos pasadísimos: de vacaciones del colegio, de estar en la terraza con un pijama muy fino con motivos chinos y botones de estos, de cuyo nombre intento y no puedo acordarme (si alguien lee esto y puede echarme una mano, ya sabe…) de los que se cierran a presión, de latas de caramelos de toffee y series infantiles a todas horas.
Esta semana pasada se ha pasado en un pispás: De las cosas más destacables que puedo comentar referente al nonosisisimo, se puede contar que se cayó una aparición en tele (será que las dudas en el subconsciente trascendieron a este plano de la realidad para que no se hiciera) y que estoy muy emocionado con el nuevo material que estamos cocinando. Es maravilloso esto de tener cosas en la cabeza y poder hacerlas sin ninguna limitación, y maravilloso todo el placer de ir investigando con tu propia voz.
Estamos dándole vueltas a la gira: Cómo y dónde empezarla pero, sobre todo, qué hacer… De hecho, en breve empezamos con reuniones varias. En cuanto vayamos sabiendo cosas, os iremos informando pero tengo mono, de verdad, de disfrutar otra vez en un escenario…
Esta semana toca Iron Man 2 con la cuchipandi…
Admito sugerencias sobre lecturas y discos a escuchar/ comprar…
Abrazo fuerte.